LA ESENCIA DEL POEMA
3 de
Junio de 1999.
A Ténetor II
A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu :
voyelles, je dirai quelque jour vos naissances latentes. Rimbaud.
Y aún cuando no pueda recordarlo exactamente,
sé que yo estaba allí en aquel día:
y
el primer hombre dijo la palabra primera,
aquel día creó la primera palabra
y saltó y ascendió millones de años-luz
sobre todas las bestias y también,
claro está, sobre sí-mismo.
Entonces separó la luz de las tinieblas:
modulaba el sonido de tal modo
que aquello que veía, sentía y escuchaba
lo convirtió en mil formas,
en palabras primeras, un creador de signos fue,
y fue un demiurgo.
Comenzó así la lenta marcha de mi especie:
Comenzamos entonces a humanizar la Tierra,
a poblar esta terrible y gigantesca esfera,
Con la palabra fue, con la palabra viva,
con la palabra-germen fue
que aquellos seres animados,
caídos semidioses en un planeta azul,
nos hicimos humanos.
¿Quién trajo la Palabra, Quién?
¿Quién la arrojó cual cuerda luminosa
en el abismo oscuro?
¿Quién pudo encender aquella luz
que a pesar de Babel nos encamina,
la bondadosa luz perdida y reeencontrada
a lo largo de toda nuestra historia?
En qué silencio viven, Aquellos que traen la Palabra.
En cuál Mesopotamia de Silencio
despliegan Ellos el Libro Sagrado de la Vida.
Aquellos que nos guian a través
de tanta inmensidad,
de tiempos y espacios infinitos,
protegen la palabra del hombre y su sentido.
Los que viven donde nacen las formas,
allí donde se oculta, donde canta
la esencia poderosa del poema.
Descargar pinchando con el boton derecho y salvar objeto
con nombre...